El caso de una mujer de Angola en el México de la primera mitad del siglo XVII

Emanuel Valdés Alvarez

La presencia africana en México es evidente desde los primeros contactos entre los conquistadores e indígenas, sin embargo, como bien dice Pedro Gómez Danés en su trabajo sobre la presencia africana en el noroeste del país:

“Desde el papeleo inicial de los colonizadores, hasta las crónicas e historias del noroeste, todo el mundo fijaba sus ojos en las “grandes”: grandes sucesos regionales o entrelazados con la historia nacional; grandes personajes, grandes o importantes papeles con firmas de personajes”.

En este sentido, el México de hoy no puede ser entendido sin analizar la situación de todas las comunidades que la han ido construyendo a lo largo de la Historia.
El caso especifico para esta reflexión se encuentra en el Archivo General de la Nación, en el ramo llamado “Indiferente Virreinal” en la sección de “inquisición” y versa sobre lo siguiente:

El día jueves dieciocho de mayo de mil seiscientos veintiocho es llevado al tribunal del Santo Oficio el caso de una mujer de la “casta” de Angola llamada “Anna”, la cual es esclava de un tal Juan Pretel de los Cobos. Dicha mujer tiene un extraño hábito: hablar por el pecho a manera de silbido. El documento lo declara de la siguiente manera:

“…una negra de tierra Angola que dicen que habla como silbo por el pecho y a gente que ba a consultarla para que descubra algunas cosas ocultas”

Posteriormente un tal Juan Ramos quien se encarga de hacer la denuncia, es designado por el Tribunal para decirle a Mariana de Vega, mujer de Juan Pretel de los Cobos, que envíe a dicha negra para que declare la acusación. La tarea la realiza el hijo de Juan Pretel de los Cobos, Diego Ortiz Pretel, quien tiene veintinueve años y que es sacerdote.
Cuando la negra “Anna” es llevada ante el Tribunal, ella declara lo siguiente:

“dijo llamarse Anna y ser de casta Angola y habiendole preguntado dicho señor inquisidor si hablaba por el pecho y que es lo [que] sentía en el dijo que en su tierra hay muchos negros y negras que sienten lo mismo que ella. Que es un silbido en el pecho a quien ella llama “niña” y que apenas entiende lo que dice y que muchas negras y otras personas le ban a decir y pregunte lo que quieran saber y esta lo pregunta y les dice lo que oye [de] dicho silbido…”

Finalmente el tribunal decide la condena que ha de cumplir “Anna”:

“El dicho señor inquisidor le mando a la dicha negra no siga ni responda a ninguna persona cosa alguna de lo que le preguntase y al dicho Diego Ortiz Pretel que no consienta hablen a la dicha negra ni salga de casa si no fuese con la dicha Mariana de Vega (…) y que a las personas que fuesen a hablarle se les diga la prohibición…”

Llama la atención en el caso de “Anna” diversos puntos.

Primero, el hecho de que sea de la casta Angola. Según María Guevara Sanginés a México llegaron principalmente personas pertenecientes a tres regiones culturales: del Congo (Congo y Angola), de la región de la costa de Guinea y del Sudán occidental. Cada una de estas zonas, se distingue por características distintas, mientras que para la región del Congo, sus habitantes se distinguen por sus trabajos en herrería y cerámica, en la región de la costa de guinea, se distinguen por sus prácticas adivinatorias. Del área del Sudán occidental, proviene la raza male o mandinga, la cual también se caracteriza por sus prácticas adivinatorias. De hecho, esta raza al llegar a Brasil, fue la responsable de legar todas estas costumbres bajo el término “mandingas”.

Relacionando lo anterior al caso especifico de “Anna”, podemos pensar que si bien ella reconocía su facultad de hablar por el pecho, especifica que en su tierra (Angola) “muchas negras y negros sienten lo mismo”. Lo cual hace reflexionar sobre si esto más allá de ser algo demoniaco e individual en “Anna” es en realidad una práctica cultural bastante “normal” y común en su país natal.
Otro punto interesante es el asombro que causó “Anna” en la comunidad negra y no negra (indios, mestizos y quizá hasta españoles) en México, a tal grado de que muchos fueran a consultarla para preguntarles cosas ocultas. Esto puede ser entendido como lo expresa Francesc Ll. Cardona, como la gran confianza que se tiene en “brujería, en la magia y en la eficacia y en el poder de los amuletos y talismanes” por parte de la comunidad africana.
En este sentido no es sorprendente que muchos acudieran a las consultas de las cuales ella quizá no estaba tan enterada ya que ella no era capaz de entender con completa claridad lo que la voz silbaba por su pecho. Otra interpretación podría ser que ella sufriera algún tipo de trance por el cual alguna deidad u Orisha se apoderara de su cuerpo, por lo que ella al momento de dar las “consultas” no fuera completamente ella. Esto es sólo una hipótesis.

Finalmente viene la condena. Se confina a la negra “Anna” a tres cosas:
  1. Dejar de responder a las preguntas que se le hagan.
  2. Dejar de hablar con cualquier persona.
  3. No salir sin la compañía de su ama, Mariana de Vega.
La primera sentencia representa el cese de toda destreza adivinatoria, debido a que para esa época todas las prácticas de este tipo, eran consideradas brujerías o hechicerías. Lo cual no sólo implica la pérdida de una habilidad íntimamente relacionada con dicha mujer, sino la prohibición de hacer algo que la identificaba con su antigua nación.

La segunda sentencia es aun más grave, ya que al prohibirle el hablar con toda persona, no sólo la están arrinconando socialmente, sino que la confinan a lo que Brígido Redondo denomino “una condena al silencio”.
Por último, la tercera condena de no salir en compañía de su ama, la deja en un término tan secundario similar al de un perro el cual no puede salir sin su amo.

En realidad la situación por la que pasó la negra “Anna” fue muy dura, sin embargo, debemos considerar lo siguiente:
Anteriormente se dijo que la cultura africana dejo un legado importante al continente americano y gracias a su presencia, el Nuevo Mundo se modifico considerablemente. El sincretismo religioso, así como la estructura arquitectónica de las casas en la América Latina de aquellos tiempos, permitieron la continuidad y la resistencia cultural. 

¿Por qué el sincretismo? Debido a que representó para los africanos una oportunidad de preservar sus viejas creencias y mantenerlas ocultas a los amos esclavistas. 

¿Por qué la estructura de las casas coloniales de la América latina de aquellos tiempos? Según Alfredo Feria Cuevas y América Malbrán Porto la casa colonial contiene una arquitectura característica en toda América Latina. Por delante la estancia de los amos y en el fondo la estancia de esclavos negros e indios, en dicha zona los negros “pudieron realizar sus breves rituales, debemos suponer que en ausencia de sus amos en momentos oportunos como la noche…”

Por último quiero expresar una inquietud: ¿será el nombre “Anna” el verdadero nombre de dicha mujer? Recordemos que: “Hay que tener en cuenta que las disposiciones coloniales obligaban a bautizar a los esclavos a su llegada a los puertos, de esta manera entraban a formar parte de la Iglesia católica;”.En este sentido la mujer que quisiera llamar de otra forma pero no puedo porque solo se de ella que se llama “Anna” ha sido parte de las muchas historias de mujeres y hombres arrancadas de sus lugares de origen para cumplir con un destino que obedece a intereses ajenos, los cuales dejaron eco en el México contemporáneo.